Nuevos tiempos, nuevos fármacos ¿Es siempre lo último lo mejor?

El manejo del dolor y de la inflamación es un punto clave en el tratamiento de patologías del sistema musculoesquelético como pueden ser la osteoartrosis, cojeras agudas o intervenciones quirúrgicas. El empleo de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) es una importante herramienta en manos del clínico veterinario para paliar estos síntomas en los animales de compañía. Su efecto radica en la inhibición de la enzima ciclooxigenasa (COX) encargada, entre otras muchas funciones, de la síntesis de prostanoides como la prostaglandina E2 (PGE2), con un importante rol en el desarrollo de la inflamación y/o el dolor articular. 

Actualmente, existe en el mercado un nuevo producto, perteneciente a la clase piprant, con un mecanismo de acción diferente a los AINEs pero con idéntico fin antiinflamatorio. El grapiprant, fármaco perteneciente a esta clase de medicamentos, presenta afinidad por uno de los cuatro receptores de los que dispone la prostaglandina E2, más concretamente por el receptor EP4. Su mecanismo de inhibición sobre este receptor provoca un efecto modulador del dolor y la inflamación asociados a la PGE2 sin observase aquellos efectos adversos secundarios a la inhibición del resto de prostanoides sintetizados por la enzima COX. 

Sin embargo, a pesar del desarrollo de fármacos más selectivos y específicos, ninguno de estos productos está completamente exento de efectos adversos, y será por ello por lo que las necesidades fisiológicas y la evolución clínica de cada paciente provoque que el clínico veterinario afronte cada caso de manera individual. 

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