Filariosis felina
A pesar de haberse descrito por primera vez en 1921, la filariosis felina ha suscitado un interés creciente durante la pasada década. Los motivos que explican esta mayor atención son variados; desde un aumento del arsenal de métodos diagnósticos disponibles o una población cada vez más concienciada y exigente, hasta el desarrollo de fármacos preventivos de amplio espectro, seguros y eficaces. Ante esta nueva realidad, se hace imprescindible conocer mejor la patogenia, los signos y síntomas clínicos, el proceso de diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad y, más importante aún, cómo puede prevenirse.
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