Uso de un expansor tisular combinado con un colgajo en el cierre de una gran herida cutánea
Foxy es una hembra castrada de raza Yorskshire terrier, de cuatro años de edad y que se presentó a la clínica de urgencias tras haber sido atacada por un perro de raza Pastor Alemán unas horas antes. En esta primera visita y como heridas más obvias, se apreciaron varios mordiscos en la zona torácica izquierda. Las radiografías torácicas y abdominales no revelaron daños en las estructuras intratorácicas ni fracturas de costillas, solamente un marcado enfisema subcutáneo en el área de la pared costal izquierda. Durante esta primera consulta y bajo sedación, los orificios cutáneos por mordisco fueron evaluados, afeitados y desinfectados, descubriendo zonas de piel levantadas de los tejidos musculares subyacentes y diversas comunicaciones entre ellos.
Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.
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