Técnicas de bloqueo neuromuscular en el perro
A pesar de que el empleo de bloqueantes neuromusculares (BNM) no despolarizantes facilita el desarrollo de muy diversos procedimientos clinicoquirúrgicos, su uso en clínica canina es aún escaso. La utilización de BNM no despolarizantes de duración intermedia, como el atracurio, el cisatracurio o el rocuronio, aporta buenos resultados y se asocia con un menor riesgo de bloqueo residual. Estos agentes suelen emplearse en muchos casos mediante una única administración, aunque pueden redosificarse y, en caso necesario, administrarse en infusión a dosis ajustadas pero eficaces clínicamente. Su reversión con anticolinesterásicos y anticolinérgicos es económica, y debe realizarse siempre una vez comprobada cierta recuperación de la función neuromuscular. Las dosis de reversor deben ajustarse al grado de bloqueo existente, para lo cual resulta de utilidad el empleo de electroestimuladores de nervios periféricos (ENP). El uso de tecnología de AMG (aceleromiografía) permite determinar de modo objetivo la profundidad del BNM y cuantificar el grado de fatiga (bloqueo incompleto o residual) en la recuperación, aunque no excluye la posibilidad de déficits motores que limiten la capacidad de toser, deglutir o mantener la vía aérea permeable, por lo que la observación atenta del paciente tras la extubación es siempre imperativa.
Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.
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