Un gecko leopardo (Eublepharis macularis) macho, de 6 meses de edad y 17 g de peso, se presentó en la consulta por un problema digestivo de 6 días de duración. El gecko fue comprado en una tienda de animales, vivía solo en un pequeño terrario, con una temperatura de 25-30 °C, luz de día y una humedad del 70%. El sustrato inicialmente consistía en arena, aunque en el momento de la consulta se había cambiado a corteza de árbol. Se alimentaba diariamente con presas vivas (grillos, gusanos de harina y gusanos de la cera). No le administraban vitaminas o suplementos minerales. Estaba anualmente desparasitado con fenbendazol. Según el propietario, el gecko se encontraba apático y sin apetito durante varios días previos a la consulta. Asimismo, alguna vez le vio comer el sustrato del terrario (grava de acuario). El propietario advirtió que progresivamente se había reducido la cantidad de heces.