Evaluación y tratamiento del dolor asociado a la osteoartrosis canina
La osteoartrosis es la enfermedad articular más común que afecta a la especie canina. Se ha descrito que la padecen 1 de cada 3 o 4 perros, aunque la proporción real podría ser aún mayor, ya que tiende a diagnosticarse en estadios relativamente avanzados (Anderson et al., 2020).
La osteoartrosis está caracterizada por ser una enfermedad crónica y progresiva de la articulación completa, en la que se produce pérdida y disfunción del cartílago articular. Su etiología es compleja e incluye factores tanto locales como sistémicos. Generalmente tiene un componente altamente inflamatorio. Los cambios resultantes afectan progresivamente a todas las estructuras de la articulación, incluyendo engrosamiento de la cápsula articular, inflamación sinovial, reducción de la viscosidad del líquido sinovial, lesión del cartílago y de los huesos subcondrales, y desarrollo de osteofitos (Van der Bosch, 2021). Hay que considerar que la intensidad de cambios radiográficos no se correlaciona necesariamente con la intensidad de dolor sufrido por el paciente.
Todo ello, unido a la respuesta individual al tratamiento causada por factores relacionados tanto con la variabilidad del paciente como del propietario, hacen que su tratamiento pueda llegar a ser un verdadero desafío para el clínico veterinario. Además, es importante recordar que, si no se trata adecuadamente, puede progresar hasta ser una enfermedad gravemente debilitante, que causa una discapacidad funcional importante, así como sensibilización central y dolor, pudiendo afectar de manera muy relevante a la calidad de vida del paciente (Mosley et al., 2022).
Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.
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